Los romanos usaban la expresión 'post coitum tristitia' (tristeza y vacío después del coito) para referirse al confuso sentimiento de soledad, vacío, satisfacción, algo de culpa y también serenidad que caracterizaba a los momentos después de un fuerte estado de placer. Es precisamente este sentimiento, el que embarga a muchos hombres, no porque se sientan insatisfechos, sino porque muchas veces la biología actúa de maneras extrañas. Señoras del mundo: no es falta de amor, es cuestión de la naturaleza.
Cuando el hombre está excitado y durante el coito, se somete a un gran desgaste físico, sus movimientos, más fuertes y constantes que los de la mujer, hacen que el esfuerzo muscular sea más intenso, por lo que cuando llega al orgasmo sufre una gran descarga de energía y temperatura y por eso es normal que sienta frío y quiera abrigarse y descansar plácidamente. "Al eyacular hay un bajonazo de muchas cosas, el hombre queda con una descompensación tanto orgánica como psicológica. Por eso, comer un chocolate es una buena opción, pues se recupera la energía perdida y de paso la semiletilamina (endorfi na ligada a la energía y el humor sensual)", recomienda la sexóloga Martha Mejía.
El médico Billy Goldberg explica en su libro 'Por qué los hombres se duermen después de darse un revolcón', que el momento de pasividad y 'pereza' que aborda a los hombres luego de hacer el amor, es algo imposible de evitar. "La química de un hombre cambia justo después del orgasmo, se libera la prolactina, una hormona que altera el cuerpo y lo lleva a una fase de cansancio intenso" explica Goldberg. El autor también aclara que esta evidencia no es directa, pero afi rma que varios químicos actúan en el organismo masculino como la oxitocina, la prolactina y el aminoácido GABA (gamma amino butyruc acid), junto a otras hormonas contribuyen a esa sensación de 'dopaje' y 'derrumbe'.
Pero hay que hacer de esta situación no un problema, sino una oportunidad. Por eso, este puede convertirse en el momento ideal, debido a la sensibilidad de él, para que la mujer le hable acerca de su desempeño sexual, de cómo se sintió mientras estuvo con él, motivarlo y halagarlo es una buena táctica en ese momento para afi anzar el vínculo de pareja, cabe aclarar no extenderse en halagos que puedan ser exagerados para su ego, dos frases son sufi cientes. Las caricias en ese momento pueden ser muy apropiadas siempre y cuando no sean sexualmente estimulantes, así como las mujeres quedan bastante sensibles, luego del coito, tratar de 'reavivar la llama' mediante bajas caricias puede ser, en ocasiones, contraproducente. En cambio, consentirle la espalda o la cabeza puede llegar a ser mucho más sugestivo en el corto plazo.
Visto en: El Tiempo
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