15 sept 2009

Adelfa

Se trata de un arbusto perennifolio que llega a alcanzar los cuatro metros de altura. La corteza es de un tono entre el gris y el marrón claro; igualmente reseñable es lo lisa y recta que es. Su crecimiento es bastante rápido y presenta unas hojas con un visible nervio central que se ramifica de forma múltiple. El color de la hoja es de un verde muy intenso. Las flores de la adelfa poseen una fragancia penetrante y destacan por su voluptuosidad y por sus colores llamativos: blancas, amarillas, anaranjadas, rojas y rosas.
Es una planta muy venenosa y totalmente desaconsejada para uso particular. En las hojas de esta planta se encuentran heterósidos cardiotónicos, flavonoides, sustancias resinosas y ácido ursólico.
Son compuestos -sobre todo los heterósidos con acciones muy fuertes sobre el corazón en dosis relativamente pequeñas; por esta razón su uso debe estar sujeto a control médico.
También ejerce una acción diurética debido a la presencia de flavonoides. En algunas zonas rurales utilizan las hojas frescas de adelfa contra la sarna, actuando eficazmente en decocción, o simplemente mezclada con miel y aplicada de forma tópica.
En el caso de que se produzca una ingestión accidental de la planta, el primer síntoma que se advierte es la aparición de fuertes vómitos. Conviene en este caso administrar fármacos analépticos (compuestos que tienen la virtud de restaurar el cuerpo) y vigilar muy de cerca el ritmo cardíaco.
Existen formas orales, pero por su elevada toxicidad no las vamos a comentar. Solo para dar una idea de las dosis que se utilizan, digamos que las píldoras no contienen más de 0,05 gr. dosis que son difíciles de ajustar sin los conocimientos necesarios.
En cuanto a su uso externo se preparan diversas lociones, como parasiticida (sobre todo contra la sarna) como ya hemos comentado.
La recomedación es mejor no usarla, si no se tienen los conocimientos necesarios.

Adelfa

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