La investigación sugiere que los niños que pasan grandes cantidades de tiempo, desarrollan mejores capacidades intelectuales y un mejor desempeño social que los niños que son dejados sólo al cuidado de sus madres, pero aunque para muchas mamás pudieran sonar esto machista, los expertos aseguran que se trata de la importancia de la participación del papá en la crianza.
“Lo importante es que al papá entrar en la parte formativa del niño colabora en lo que es el estímulo porque el cerebro del niño es como una plastilina y entre más estímulos tenga a nivel auditivo, a nivel verbal, a nivel visual. Entonces que es lo que uno ve, que en la medida en que mamá está ocupada en labores de la casa o con los otros hijos y el papá entra a ser colaborador de la estimulación del niño mejora su productividad física, emocional y mental”, explica la psiquiatra Ana Millán.
Los investigadores advirtieron que no era suficiente que los padres vivieran juntos, sino que además el padre debía participar activamente en la vida de su hijo en beneficio de su desarrollo.
“No es solamente estar ahí, el niño en el computador o con sus juguetes y el papá viendo televisión, es participar en todas las actividades del niño”, indica la Dra. Millán.
Tener un segundo adulto involucrado, además de la madre, en las actividades durante la infancia produce, según los especialistas beneficios en términos de destrezas y habilidades que permanecen durante toda la vida adulta.
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