Es una planta vivaz que muere entrando el otoño, renaciendo ya en la primavera, cuando de sus raíces en forma de pequeño nabo brotan los nuevos vástagos.
Posee tallos erguidos y hojas alternas palmeadas; en la parte superior del tallo encontramos un racimo de flores azules que tiene una característica forma de casco. Es una hierba que se cría en los bordes de los arroyos.
Posee tallos erguidos y hojas alternas palmeadas; en la parte superior del tallo encontramos un racimo de flores azules que tiene una característica forma de casco. Es una hierba que se cría en los bordes de los arroyos.
De las hojas también se pueden extraer principios activos, aunque en menor cantidad y de menor calidad.
Es una planta tremendamente tóxica: baste decir que con 3-4 g. de tubérculo fresco se puede matar a un adulto normal. El compuesto más importante de esta planta y responsable de sus acciones es la aconitina; esta sustancia está presente en la raíz, tallo y hojas no sólo de esta especie sino de otras muchas especies afines.
También se sabe que tiene ciertas propiedades antitusivas, febrífugas, descongestionantes y vasoconstrictoras, además de ser un sedante leve.
Pero para que la ingesta de aconitina no produzca serias intoxicaciones debe administrarse en concentraciones muy bajas y rigurosamente controladas por personal cualificado.
La intoxicación comienza con un estado de excitación general, con sensación de adormecimiento de labios, lengua y garganta; más tarde pueden aparecer molestias gastrointestinales, seguidas de una bajada de la temperatura corporal; por último, puede aparecer parálisis del aparato respiratorio y circulatorio que, en último término, conducen a la muerte por asfixia.
Entre sus virtudes terapéuticas vía externa cabe mencionar que parece ser un buen crecepelo y que ayuda a aliviar las inflamaciones cuando éstas son congestivas y no microbianas.
Acótico
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