La lavanda es una planta aterciopelada que pertenece a la familia de los labiados y puede llegar a medir 60 centímetros de altura.
Es conocida por sus propiedades sedativas, antiespasmódicas y antisépticas. También está indicada en el tratamiento de vértigos, espasmos, eccemas, insomnio, asma, gripas y digestión difícil, indica María Luisa Sandoval, experta en medicina natural alternativa.
El aceite esencial de lavanda es un remedio eficaz para combatir las quemaduras del sol, basta con añadir unas gotas en la crema hidratante corporal o facial y extenderla mediante un masaje por la piel.
Es una planta utilizada para relajar los músculos. Además, tiene una acción antiséptica y antiinflamatoria, efectiva en el tratamiento de infecciones, picaduras de insectos y quemaduras.
A mediados de verano en la campiña francesa (de julio a septiembre), en las zonas altas de la Provenza, estallan en colores lilas y violáceos los campos de lavanda. Es en esos meses cuando las flores de esta planta invaden con su aroma las granjas en donde son cosechadas para después ingresar a la industria de la medicina y la cosmética.
La lavanda es natural de los Alpes del sur. Desde el siglo XVI, los campesinos provenzales producen con ella ungüentos curativos y aceites que matan lombrices intestinales. Florece en las tierras calizas y el clima tórrido de la Provenza, a más de 700 metros de altitud. Un híbrido conocido como lavandina crece en las zonas más bajas, pero no produce las cremas ni los aceites de la misma calidad.
En Guatemala no existen cultivos de esta planta, sin embargo, pueden reproducirse en jardines con el cuidado que requieren pues se considera un cultivo delicado. “Aquí no se dan esos campos inmensos llenos de lavanda porque se necesita como una tonelada de flores para conseguir menos de una arroba de aceite; es algo así como el azafrán, que se necesita mucho insumo para un poquito de producto y, eso, la gente no lo paga bien aquí”, dice Raymundo Ocampo, un ingeniero agrónomo dedicado a las plantas ornamentales. La lavanda relaja, calma, restaura, purifica y sana. Así lo afirman los dermatólogos y especialistas en estética.
También es utilizada para los músculos cansados, calma el sistema nervioso, alivia los dolores de cabeza, estrés y dolores musculares. “Nosotros la utilizamos para dar masajes relajantes y para las mascarillas especiales para las ojeras azuladas porque revitaliza la circulación en los párpados”, explica Dorcas de León, propietaria de la clínica de belleza Tanianette SPA. “Otro uso que tiene esa esencia es en los pies, porque les da una sensación de calma”.
La especialista también señala que la lavanda da un buen resultado en un baño relajante antes de acostarse, por eso se utiliza mucho en los bebés cuando están inquietos por las noches. “Se puede agregar una gota de aceite de lavanda en la almohada o unas gotas en la plancha de vapor para planchar las sábanas y de esa manera, la relajación es garantizada”.
Fuente: El Periodico.com
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